Torres del Paine. Patagonia Chilena (Parte 4)

El parque nacional de Las Torres del Paine se encuentra en la Patagonia Chilena, en una zona de contrastes climáticos que han permitido una gran variedad de especies vegetales y animales.

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El cóndor de los Andes es el ave de presa mayor del mundo y el ave voladora más grande. Con casi cuatro metros de envergadura y hasta 12 kilos de peso, este majestuoso volador necesita las corrientes de aire para volar. Sus enormes músculos sólo le permiten realizar unos treinta movimientos de alas seguidos antes de caer extenuado y de ahí que generalmente se le vea planeando en círculos hasta alcanzar alturas de más de 6.000 metros.

Al igual que los patagones admiraban al guanaco, los incas adoraban al cóndor como a un dios. Para ellos era el “Señor de los Andes”, un animal mitológico que les infundía respeto y veneración.

En Patagonia, sin embargo, se les ha perseguido desde tiempos inmemoriales. El hecho de que aparecieran poco después de la muerte de un animal hizo que los hombres creyeran que los cóndores los mataban y la leyenda del cóndor cazador se extendió rápidamente. Incluso se decía que se habían llevado a niños pequeños atrapándolos con las garras.

Sin embargo, pese a su aspecto amenazador, el cóndor es un animal incapaz de matar animales grandes. Sus patas tienen el dedo trasero demasiado alto lo que les impide cerrar la garra, de forma que no pueden atacar, sujetar o desgarrar a sus posibles presas y, menos aún, llevárselas en vuelo.

Cuando en 1.883 Darwin se adentró en esta región siguiendo el río Santa Cruz escribió “… la impresión general del ánimo es de una completa y desesperante esterilidad”. Pocos días después, sin embargo, pudo observar las cumbres nevadas de los Andes y sintió recompensados todos sus esfuerzos. Así es Patagonia, austera pero llena de sorpresas, de clima desapacible y paisajes torturados pero con una naturaleza extraordinaria. En Abril de 1.978 el Parque Nacional de Torres del Paine se incorporó a la red de Reservas de la Biosfera. Era el reconocimiento a su enorme importancia dentro de la red de espacios naturales sudamericanos y una garantía para la conservación de los ecosistemas y las especies de este alejado y salvaje rincón de la Patagonia chilena.

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