En Australia existen veinte especies de varanos o goannas. Medran por la práctica totalidad de los ecosistemas del continente demostrando su poder de adaptabilidad a todo tipo de ambientes.
Los varanos de Australia son, en cierto modo, la venganza tardía de aquellos enormes saurios que en tiempos remotos, hace más de cien millones de años, dominaban esta tierra ahora tan cambiada.
El lagarto de lengua azul es mucho menos poderoso que sus primos los varanos pero los logros adaptativos que ha conseguido le han bastado para defenderse en este mundo de cazadores y presas.
Los reptiles australianos, como todas las otras clases de animales terrestres, encontraron su espacio dentro de la generosa y cambiante isla austral. Pero hace cincuenta mil años una nueva criatura llegó desde el norte. Era distinta a cuantas allí había y tenía una peculiaridad devastadora: en vez de adaptarse al medio hacía que este cambiara y se adaptara a su conveniencia.
La llegada del hombre introdujo violentos cambios.
Nunca antes Australia había cambiado a tal velocidad, un ritmo de alteraciones que no daba tiempo a que las especies se adaptaran. Con el hombre llegaron también otros invasores. Al principio, con los aborígenes, llegaron despacio y en pequeño número dando lugar a nuevas especies que desplazaban a las nativas; este es el caso del dingo y el lobo marsupial. Pero con la llegada de los colonos blancos la afluencia de invasores agresivos puso la naturaleza de Australia en serio peligroLas nuevas invasiones han demostrado la fragilidad de la naturaleza independiente de Australia. Y un nuevo temor surge de un futuro no muy lejano.
Australia sigue su lenta peregrinación hacia el norte a una velocidad de seis centímetros al año.
Hoy apenas un estrecho separa la fauna de dos continentes pero ¿qué sucederá cuando los animales de Asia y Oceanía entren plenamente en contacto? Grandes cambios se perfilan en el futuro incierto de este continente austral. Es fácil imaginar que la evolución de sus paisajes y animales sufrirá grandes cambios. Pero, probablemente, cuando nuevas criaturas especializadas se adapten a bosques o desiertos de condiciones extrañas haciendo desaparecer a muchos de los prototipos evolutivos que hoy dominan en Australia; en lo más profundo de su espesura, con su pacífica y arcaica forma de vida, seguirán existiendo equidnas y ornitorrincos. Y, como en la lejana Gondwana, también allí los mamíferos pondrán huevos.