Turismo vs Extinción (Parte 5)

También en los arrecifes corren vientos de esperanza.
Alertados por la crítica situación en la que se encuentran, científicos de todo el mundo han puesto manos a la obra para salvar los arrecifes.

Planet Doc

En Australia, donde se encuentra la Gran Barrera Recifal, la mayor barrera de arrecifes del mundo, los investigadores han dado la alarma mundial por el deterioro debido al calentamiento general de nuestra atmósfera.
Pero mientras se toman las macromedidas a nivel mundial, y hasta que surtan efecto, los investigadores australianos están emprendiendo acciones prácticas que minimicen el daño a las comunidades coralinas.
Basándose en los datos que se obtienen de minuciosos proyectos de investigación, la comunidad científica aporta a las agencias gubernamentales el conocimiento que marca las nuevas leyes para el cuidado y protección de los arrecifes. Estas leyes tienen aplicación inmediata y aquí, en Australia, están dando resultados esperanzadores.

De nuevo la educación y concienciación aparecen como pilares de este nuevo espíritu conservacionista.

Educar al turismo que acude a la Gran Barrera es reclutar defensores de la comunidad coralina. A los visitantes se les enseña cómo comportarse en el mundo de los corales para no causarles daño, pero, lo que es más importante, se les hace comprender, valorar y admirar el frágil mundo del arrecife sabiendo que todo lo que se admira se quiere. Y todo lo que se quiere se defiende y conserva.

A bordo de un velero antiguo Ana Cañadas y Ricardo Sagarminaga luchan desde hace años por la conservación del mar Mediterráneo y sus especies.
Juntos formaron Alnitak, una ONG destinada al estudio y conservación de los ecosistemas mediterráneos. La tarea a la que se enfrentan sólo podrá tener éxito si consiguen concienciar a las poblaciones que viven del Mediterráneo de la necesidad de su conservación. Es una misión complicada pero Alnitak se ha buscado unos aliados poderosos: los cetáceos.
De la mano de delfines, calderones y ballenas, Ricardo y Ana están consiguiendo que su mensaje cale en la sociedad.
Los delfines y el carismático Toftevaag, el barco de la organización, se han convertido en excelentes mensajeros para hacer llegar al público la información acerca del medio ambiente marino y los problemas a los que se enfrenta. Más de diez años de investigación y planificación están empezando a dar su fruto y la meta de conseguir crear una Reserva Marina para Cetáceos en el mar de Alborán está ahora más cerca.

Estos emisarios del mar se han convertido en la esperanza de millares de especies. Ya no se trata de proteger un determinado animal sino de salvar ecosistemas enteros. Pero en algunos casos, como es el del Mar Mediterráneo, son especies concretas las que tienen la llave para el corazón y la conciencia de las sociedades humanas.

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