Rastro y Huellas | La Guerra del Tigre

La patrulla antifurtivos continúa con la búsqueda siguiendo las huellas y los rastros que el tigre ha dejado en la nieve 

Planet Doc

Desde Asia menor hasta el Sudeste Asiático ocho subespecies de tigres compartían el mundo con nosotros. Hoy sólo quedan cinco. En el transcurso de dos siglos los hombres diezmamos sus poblaciones. Las especies de Bali, Java y del Caspio desaparecieron para siempre. De las cinco subespecies restantes, una, la china, está inevitablemente condenada a desaparecer. Y hoy, sin tigres locales, la medicina tradicional china busca en los tigres indios, y en especial en los de la vecina y descontrolada Rusia, el suministro que necesita; un suministro que puede extinguir en pocos años  el tigre del Amur o tigre siberiano.

Los hombres de Vladimir Shetinin continúan su búsqueda. Las huellas del tigre devorador de hombres se internan en el bosque y su olor aún no ha desaparecido lo que permite a los perros seguirle el rastro.
Por fin, un movimiento furtivo pone en alerta a la patrulla. El tigre permanece tumbado en la nieve. Y los hombres de Vladimir cumplen sin titubeos su misión.
El tigre devorador de hombres ha muerto.
Para unos hombres que arriesgan sus vidas protegiendo a estos grandes felinos matar a uno es una tarea desmoralizante y triste. Pero la actitud del tigre postrado en la nieve y su comportamiento en el poblado les hacen sospechar que el animal estaba herido. Dispuestos a averiguar las causas que llevaron al tigre a convertirse en un peligro para los poblados locales, los hombres de Vladimir le quitan la piel. Poco después aparece la bala que acabó con su vida.

Y algo más tarde los guardas encuentran la confirmación de sus sospechas.
Gruesos perdigones van saliendo del cuerpo del tigre. El animal había recibido un disparo de postas que no llegó a matarlo pero que le dejó gravemente herido; con sus capacidades para la caza mermadas y con terribles dolores que sin duda le encolerizaban. Ahora el equipo de Vladimir Shetinin tiene una nueva misión: encontrar al furtivo causante de la tragedia.

Mientras en Siberia se busca al culpable, en la seguridad del Parque Nacional Kanha, Ahimsa, que en hindi quiere decir “contraria a la violencia”, explora su nuevo territorio. 

A pesar de que Ahimsa no ha entrado aún en celo el macho local, que ya ha olido su rastro, la acepta en sus dominios. Una hembra con dos cachorros necesita entre 40 y 70 presas grandes al año, lo que supone en muchos casos una competencia peligrosa para el macho. Pero en Kanha las presas son muy numerosas y el tigre no tiene inconveniente en aceptar a la nueva tigresa. Con una población estable de grandes herbívoros, el parque permite a cada tigre macho tener un territorio de cerca de 100 km2 en cada uno de los cuales pueden vivir hasta cinco hembras.
El factor determinante de la extinción de los tigres del Caspio, Bali y Java fue la desaparición de sus presas. Por fortuna aquí, en Kanha, los felinos rayados disfrutan aún del equilibrio natural de la India de antaño. Pero para la mayor parte de las poblaciones mundiales de tigre, las presas son algo cada vez más escaso.

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