Los parques nacionales más famosos del mundo se encuentran cercanos a la frontera entre Kenia y Tanzania, sin embargo, alejadas de la famosa frontera, hay otras reservas mucho menos conocidas donde viven animales de los que la gran mayoría de los viajeros ni siguiera han oído hablar. Se trata de la reserva nacional de Samburu.
También para los pequeños samburu ha llegado un día crucial. Un grupo de muchachos, en su idioma ilayeni, han sido iniciados con la circuncisión y deben superar la siguiente prueba que les permita llegar a ser il-murran, los guerreros de su pueblo. Deben cazar un pájaro con arcos y flechas.
Durante las ceremonias de los samburu, hombres y mujeres se adornan y pintan profusamente. En grupos separados por sexos se organizan bailes tradicionales que buscan el lucimiento ante el sexo opuesto y la competencia entre los jóvenes y ágiles guerreros.
Sólo los que han llegado al estatus de guerrero pueden adornarse con pinturas rojas. Cinco años después de ser il-murran pensarán en la ceremonia de ilmugit lenkarna por medio de la cual se convertirán en adultos y, seis años después, tras otra ceremonia denominada ilmugit-lolaingoni podrán casarse y adquirir el máximo estatus de la comunidad, el de hombre casado.
Los hombres samburu, al igual que sus primos masai, organizan con frecuencia danzas de salto compitiendo en alcanzar la mayor altura pero aparentando no realizar esfuerzo alguno.
La competición también es una demostración ante el sexo femenino y el baile acaba juntando los dos grupos en una celebración conjunta.