Tigre Siberiano | La Guerra del Tigre

El Proyecto Tigre reúne fondos internacionales para proteger el hábitat de esta especie amenazada por los furtivos.

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Fue precisamente en un parque nacional rodeado de desiertos donde se logró salvar al león asiático de la extinción; algo que se consiguió gracias a que el león era el animal nacional de la India y algo que sirvió de inspiración a Karan Singh para emprender el más ambicioso proyecto para la conservación de los tigres.

El éxito del Proyecto Tigre se basó en la comprensión de que para salvar la especie había que proteger su hábitat. Ya no era una cuestión de vigilar y cuidar un animal determinado sino de salvar el conjunto de las selvas donde vivían los tigres así como las presas que éstos necesitan para alimentarse. Una visión pionera que hoy guía todos los proyectos de conservación.

En el interior de los últimos refugios del tigre siberiano o tigre del Amur, equipos de científicos toman muestras y realizan censos de los tigres. Es parte de un ambicioso proyecto financiado por organizaciones conservacionistas de todo el mundo, especialmente la WWF, destinado a salvar al tigre de Siberia.
Desde la caída de la Unión Soviética los tigres siberianos han sufrido una alarmante disminución. A través de la frontera china, cercana a los últimos refugios del tigre siberiano, los furtivos han abierto una vía de comercio muy lucrativa aprovechando la falta de medios del Departamento de Vida Salvaje ruso.

Con fondos internacionales, el Proyecto Tigre Siberiano está luchando contra este tráfico ilegal. Mientras los científicos investigan para crear un plan de conservación adecuado, nuevas patrullas y nuevos equipos se han incorporado a la lucha a favor de los tigres.
La situación de todos los tigres del mundo es tan alarmante que ya sea en Rusia, la India, Indochina o cualquiera de los países que aún tienen tigres, se hace necesario un seguimiento constante por parte de los guardas.

La territorialidad de los tigres facilita su seguimiento y censo, pero las selvas donde viven no son lugares en los que se entre fácilmente. En muchos parques el elefante se convierte en el mejor y más seguro de los vehículos. Pero cuando se detecta el rastro de un furtivo se impone el sigilo y los hombres deben internarse en el territorio de los tigres a pie.
Un tigre herido o un furtivo armado son igual de peligrosos lo que hace necesario un entrenamiento exhaustivo para los guardas de los parques; algo que cuesta mucho dinero.

Las organizaciones conservacionistas aportan parte de los presupuestos; pero, día a día, de forma creciente, los propios parques están empezando a autofinanciarse.

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