El parque nacional de Kanha, situado en la india, es una reserva natural donde habitan tigres y una gran variedad de especies salvajes.
En Kanha no hay elefantes indios salvajes, pero en distintos puntos se les puede ver alimentándose a sus anchas.
En realidad son animales domésticos que utilizan los mahouts o carnacas, los conductores de elefantes, para recorrer la selva y llevar a reducidos grupos de turistas.
Los mahouts y sus elefantes son una sola entidad. En sus campamentos cuidan de sus animales a los que deben su sustento y, en definitiva, su forma de vida. El cuidado de los elefantes es un duro trabajo al que los mahouts consagran buena parte del día. Los animales se alimentan de forma natural en los herbazales y selvas del parque, pero un elefante necesita, además, cuidados extraordinarios.
El visitante de Kanha puede recorrer el parque en los todoterreno de la guardería circulando por las pistas de tierra que marcan un reducido circuito. Pero si uno quiere sentir más estrechamente la naturaleza de Kanha, no hay ningún medio mejor que subirse a un elefante y adentrarse más allá de los caminos trazados para el turismo.
Sólo a lomos de un elefante puede uno internarse en la espesa selva de Kanha.
Al paso del paquidermo los animales parecen no asustarse como lo hacen ante un vehículo a motor, lo que resulta extremadamente importante en una espesura donde todos parecen estar alerta y huyen ante la mínima amenaza.
La suspicacia de los animales tiene su razón de ser. Porque en el interior de estas selvas vive aún el más poderoso depredador de la India: Shere, el tigre, el señor de la jungla.