Cazadores y Depredadores- Parte 2

La obtención de energía es un proceso básico y fundamental para la supervivencia de un ser vivo y por ello, desde el comienzo de la vida en la tierra el homo sapiens tuvo que desarrollarse como cazador y los animales como grandes depredadores.

  1. Inicio
  2. Documentales Completos
  3. Supervivientes del Planeta
  4. Cazadores y Depredadores- Parte 2
Planet Doc

En los Llanos de Venezuela, más de veinte especies de aves capturan peces en el mismo sitio, y todas son visiblemente diferentes. Parece mentira que ahí debajo puedan los peces desarrollar sus vidas, pero así es, y además hay alimento para todos. El secreto consiste en utilizar artes diferentes. El picotijera corta la superficie del agua con su mandíbula inferior más larga, al contrario que la mayoría de las aves. Debe esquivar los obstáculos y los caimanes, pero el sistema funciona.

Exactamente al otro lado del mundo, en las Islas Célebes, encontramos un buen ejemplo del ingenio con el que el hombre sustituye su falta de alas y pico.

Se trata de la pesca con cometa, un arte ancestral al que últimamente se han unido las ventajas de los motores fueraborda, pero que sigue básicamente funcionando tal y como fue diseñado hace cientos de años. La cometa eleva y cambia la orientación del sedal, avisando al pescador del momento exacto en el que debe recoger a toda prisa.

Pero hay poblaciones humanas que, aun viviendo muy lejos del mar, también comen peces.

En el macizo Guayanés, al sur de Venezuela, viven etnias milenarias que dominan la selva amazónica desde hace más de 3.000 años. Los Sánema, y los yecuanas o makiritare saben que esta liana en concreto, contiene una sustancia muy especial. Las llaman barbasco, y tras cortarlas las machacan concienzudamente para hacer salir la sabia.

Lo curioso de esta técnica es que a más de mil kilómetros de distancia, los huaoranis de Ecuador la practican exactamente igual.

Se trata de dos etnias distintas, pero comparten un exhaustivo conocimiento de la selva en la que viven. Aquí, las sales minerales son escasas en la dieta, por eso, estos dos pueblos, eminentemente cazadores, aprecian mucho las contadas oportunidades que tienen de probar el pescado.

En el Delta del Río Mekong, en Vietnam, esta familia se dirige a su casa, construida exactamente encima del río.

Ellos no tienen que ir a pescar, viven literalmente con los peces. Se trata de casas piscifactoría en las que la alfombra del salón es en realidad una trampilla de acceso a la energía. Toda la familia participa en el cuidado y alimentación de los peces encerrados bajo el hogar.

El ser humano, adquirió así tal eficiencia, que consiguió el dudoso avance de pasar de la ecología de subsistencia a la economía de mercado. El exceso de energía puede entonces ser canjeado por otros bienes, o por dinero.

De cualquier modo, el fin último de todo el proceso no ha cambiado lo más mínimo, se trata de comer el cuerpo de otro animal de tal modo que el esfuerzo merezca la pena, que el balance energético final sea positivo.

Pescar implica conseguir de alguna manera sacar los peces del agua. Pero cuando la lucha se desarrolla en tierra, el problema es muy distinto.

El cazador y la presa comparten paisaje, respiran el mismo aire. El intercambio de energía es cara a cara. Un reto que la selección natural ha resuelto creando auténticas máquinas de matar.

 

Comparte tus comentarios con nosotros!