Ngorongoro 1
Planet Doc
Recorremos el arrecife de coral que rode las costas de cuba y descubrimos un mundo mágico creado hace millones de años.
Una pequeña fábrica de vida flota en la inmensidad del mar de Cuba. Cargada con la fuerza de sus pigmentos fotosintéticos esta semilla de mangle se enfrenta a una larga travesía a través del Gran Azul superando océanos en su afán por conquistar nuevas tierras donde sembrar la vida.
Nuestra historia comienza con esta pequeña y feraz viajera a su llegada al archipiélago cubano; una tierra de naturaleza desconocida, eclipsada por la belleza de su mar de coral.
Aquí llegaron como ella otros mangles de tierras lejanas y crearon un mundo fascinante y desconocido; una selva mitad aérea y mitad inundada; un laberinto intransitable donde se refugian incontables animales: el manglar.
En el interior de este extraño mundo la vida se sustenta entre extremos. Hay excesos de sal, de humedad y de calor; y cada día se pasa de la sequía a las inundaciones marcadas por la marea. La fauna que lo ha colonizado ha tenido que vencer incontables obstáculos y eso la ha hecho similar al propio reino de los mangles: tan rica, tan desconocida, tan peligrosa.
En este mundo intransitable cada esquina esconde una sorpresa, cada animal es un enigma y cada sombra un peligro. Pero detrás del laberinto de los mangles palpita el legado de una intrépida semilla que llegó de la inmensidad del mar: un paraíso fascinante donde la vida ha permanecido ajena al hombre. Un mundo de coral rodea el archipiélago cubano.
Grandes estructuras coralinas, resultado de milenios de paciente construcción calcárea, levantan los arrecifes que llenan de vida las costas de Cuba.
No es un mar rico en nutrientes pero al amparo de los corales la vida se multiplica en una explosión de biodiversidad. El arrecife coralino está compuesto por millones de diminutos pólipos filtradores capaces de convertir la energía solar y los escasos nutrientes del agua en materia orgánica disponible para el resto de los organismos de la comunidad coralina. A partir de ellos la cadena se hace cada vez más compleja y millares de formas vivas distintas se desarrollan desde los frágiles invertebrados hasta los peces más evolucionados y complejos. Los diminutos pólipos coralinos se asocian con algas fotosintéticas microscópicas que les permiten generar sus esqueletos externos de carbonato cálcico. Cuando los pólipos mueren sus esqueletos permanecen y sobre ellos se asientan millones de nuevos pólipos que se superponen dando lugar al arrecife con el paso de incontables generaciones.
En este mundo calcáreo cada uno ocupa un nicho determinado y su papel afecta al resto de la comunidad. No es fácil encontrar alimento en el mundo del arrecife y uno debe especializarse si quiere tener alguna posibilidad.