En pocos lugares de Africa se puede encontrar en apenas 300 Km2 la variedad de ecosistemas que encierra el área del Lago Manyara, uno de las parques nacionales más hermosos de Tanzania.
Después de la formación del Valle del Rift, dos o tres millones de años atrás, corrientes de agua comenzaron a descender por las paredes del gigantesco escarpe dando lugar a un lago.
Aunque su mayor extensión tuvo lugar hace 250.000 años, el lago se ha conservado hasta nuestros días y, al amparo del Rift del que recibe agua y protección, ha generado un mosaico de hábitats diversos donde se refugia la vida salvaje. Entre el escarpe y las aguas salinas del Lago Manyara hay espesas selvas húmedas, bosques de acacias, sabanas y humedales que cuentan con una flora y fauna particulares. En pocos lugares de Africa se puede encontrar en apenas 300 Km2 la variedad de ecosistemas que encierra el área del Lago Manyara, uno de las parques nacionales más hermosos de Tanzania.
El lago, de 390 km2, ocupa 230 de los 330 km2 del parque nacional. El área de Manyara tiene un índice de lluvias muy inestable que oscila entre los 250 y los 1.200 mm al año, lo que produce años de intensa sequía seguidos de fuertes inundaciones.
Con estas fluctuaciones sería imposible el desarrollo del bosque y la selva húmeda que bordean al lago pero Manyara cuenta con el aporte de las aguas que brotan de la base del escarpe y que se filtran a través de los 600 metros de desnivel desde las tierras altas del Ngorongoro.
El bosque húmedo está poblado por un número muy alto de especies animales aunque el número de individuos de cada especie es inferior al que hay en las áreas abiertas.
Camufladas entre la tupida vegetación, en la selva de Manyara vive un auténtico muestrario de serpientes tanzanas. Muchas son inofensivas para el hombre pero algunas, aunque tímidas y huidizas, tienen una picadura mortal.
La mamba verde es una de las serpientes más venenosas de todo el continente africano. Aunque no es tan potente como el de la mamba negra el veneno de esta mamba actúa rápidamente.
Poco antes de llegar al lago, el río Simba se encharca dando lugar a una piscina natural donde viven de forma permanente un grupo de hipopótamos. El lugar, conocido como el hippo-pool cobija a los grandes animales durante las horas cálidas del día. Pese a su volumen y fuerza los hipopótamos tienen una piel sensible a los rayos solares de los que se protegen pasando el día sumergidos.
El nombre de Manyara deriva de una palabra indígena. Los masai llaman manyara a una euforbia con la que levantan empalizadas para proteger su ganado. Es una planta más resistente y dura que cualquier espino de los que utilizan en sus bomas y protege más que cualquier otra al ganado que guarda en su interior. De igual forma el parque nacional del lago Manyara protege un mosaico de ecosistemas que representan la variabilidad biológica de Tanzania y da cobijo a las especies animales que las pueblan. Hoy la antigua reserva de caza ha pasado a ser un refugio inviolable para las mismas especies que, no hace mucho, atraían hasta aquí a los cazadores de todo el mundo.