Tusheti, situada en el Gran Cáucaso al noreste del pais, es una de las zonas mas bonitas de Georgia
La Reserva Nacional Tusheti es un prototipo de gestión integradora porque cumple 3 funciones: la promoción del ecoturismo; la defensa forestal de 28.000 hectáreas donde viven animales tan amenazados como el tetraogallo caucásico; y el amparo de más de 50 pueblos nómadas con sus monumentos de valor histórico. Tusheti, una de las zonas más bellas de Georgia, está al noroeste del país, y visitar cualquiera de las 7 aldeas principales, por ejemplo Shenako, aporta una experiencia insólita; estas gentes que hablan un dialecto propio, disfrutan de un feliz aislamiento y residen en casas rudimentarias que conservan los encantos tradicionales de antaño, siempre se muestran hospitalarias y abren las puertas de sus hogares para compartir los quehaceres domésticos cotidianos, como por ejemplo su forma de elaborar el sabroso y típico dumpling llamado “khinkali”, una bola de masa de harina que se rellena con un picadillo de carne condimentada y a la que se le aplica un suave trenzado antes de echarla a hervir.
La vida ciudadana nada tiene que ver con la supervivencia a 2.000 metros de altitud. Shenako, donde sólo hay 2 familias todo el año, sufre duros inviernos que impiden el pastoreo. Ante la adversidad la mayoría de los errantes tushetianos se mudan a las llanuras cálidas de Kakethi y sus chozas simples reflejan capacidad adaptativa.
No hay otro lugar en Georgia donde se pueda encontrar tanta variedad natural como en el Parque Nacional Vashlovani, al sureste del país.
En esta Reserva creada a partir de la iniciativa de dos científicos georgianos en 1935 y que recientemente ha sido provista de infraestructura para el turismo ecológico se pueden ver hasta 60 tipos de aves, 45 de mamíferos y con suerte una excepcional rareza, un ejemplar macho de leopardo que se creía extinguido.
Uno de los 13 Padres Asirios que llegaron a Georgia para fortalecer el cristianismo, David Gareja, está enterrado aquí y sobre su tumba hay una piedra que simboliza el recuerdo material que el insigne Patriarca se trajo de su viaje a Tierra Santa. Por eso se dice que un tercio de la santidad de Jerusalén se halla en este grupo de 19 monasterios excavados en la roca que lleva el nombre de su fundador, David Gareja, y que aún está habitado por monjes en la actualidad.
Esta ciudad fundada por David Gareja en el siglo VI d.C. siempre ha sido un centro de peregrinación constante. A pesar de las agresiones mongolas y los sangrientos ataques turcos la actividad sólo se interrumpió en la era soviética porque las tierras colindantes fueron utilizadas como base militar durante la guerra de Afganistán.