Viajamos a la frontera de la India con Nepal para conocer una criatura con un enorme poder en su frente; el rinoceronte de la India
Todas estas maravillas biológicas ya estaban aquí hace veinte siglos, cuando los primeros viajeros hablaron de ésta tierra como un lugar fantástico, poblado por criaturas imposibles entre las cuales destacaba una, el unicornio. Se dijo que su cuerno, al que llamaron “alicornio”, era un antídoto infalible ante cualquier veneno, el cual detectaba y neutralizaba de inmediato.
El mito vive aquí, es el rinoceronte indio, y de hecho su defensas fueron importadas a Europa hasta finales del siglo XVIII como “cuernos de unicornio” para ser usadas como remedios contra diversos males, creencia que aún continúa en la medicina tradicional asiática. Con su piel coriácea se fabricaban escudos para los soldados; la misma utilidad que le dan ellos. Semejante blindaje les protege de los ataques del tigre.
Tal pasión humana por las excrecencias de su cuerpo, llevó al rinoceronte indio al borde de la extinción, quedando en 1960 apenas un centenar de ellos.
Los rinocerontes y varias especies de ciervos como los sambares y chitales pasan entonces muchas horas aquí. Hace apenas unos cientos de años los rinocerontes indios ramoneaban en todas las llanuras inundadas de los ríos Indo, Ganges y Brahmaputra, pero ahora solo dos parques nacionales son sus santuarios: Chitwan en Nepal y Kaziranga en la India. Son las tierras del rinoceronte indio, los últimos enclaves del unicornio.
En el Parque Nacional de Kaziranga vive el 70% de la población mundial de rinocerontes indios; para ellos y para los elefantes asiáticos el agua es un alivio para el calor y una ayuda para mantener su propio peso.
Otra de las joyas de estas junglas es el tigre de Bengala, el único capaz de aprovechar la carne de herbívoros del tamaño de los grandes búfalos. La presencia del tigre de bengala, causa uno de los mayores problemas de convivencia entre los parques nacionales de la India y las poblaciones situadas junto a ellos.