En este documental conoceremos como viven los tibetanos en la actualidad despues de la invasión china hace más de 50 años
Desde que en el año 1958 el ejército chino invadió el Tíbet, Lhasa ha sufrido una gran transformación pasando de ser una pequeña ciudad feudal, fabulosa y prohibida, a una burda metrópoli de hormigón y cristal.
Pocos son los tibetanos que consiguen abrirse camino en esta sociedad totalitaria y opresora donde los derechos humanos son papel mojado. Uno de los efectos más negativos de todo este proceso es que los tibetanos comienzan a dudar de su propia cultura.
Una de las revueltas más sangrientas tuvo lugar en enero de 1989, cuando el Panchen Lama apareció muerto seis días después de haber criticado públicamente los errores cometidos por el gobierno chino. Los prisioneros sufrieron crueles torturas y en cuarenta años de represiones un millón y medio de tibetanos han muerto como consecuencia directa de la invasión.
A las afueras de Katmandú se encuentra el centro de atención a los exiliados, un pequeño edificio que los atiende física y psicologicamente. De Katmandú, los refugiados son transferidos a los diferentes asentamientos tibetanos que se encuentran distribuidos por el territorio indio. El sueño de todos es llegar a Dharamsala, la pequeña Lhasa, el hogar de su santidad el Dalai Lama. Dharamsala se encuentra ubicada a 1.800 metros de altitud, en las primeras estribaciones de la cordillera del Himalaya.
En Dharamsala residen mas de seis mil exiliados que han llegado buscando sus valores arrebatados y que componen un tercio de la población de la ciudad. Diferentes religiones y grupos étnicos conviven armónicamente en este reducido espacio donde el budismo es el eje de la existencia cotidiana, como sucedía tradicionalmente en el Tíbet antes de la agresión china. Cuando llegan a Dharamsala están exsultantes de felicidad, se sienten libres en el exilio, pueden conocer al Dalai Lama y ven un futuro en sus vidas.
A una hora de camino de Dharamsala se encuentra el Centro de Educación de Mayores, un lugar que nada tiene que ver con la "Ciudad de los muchachos tibetanos".
Este centro ha sido creado para dar una educación básica a los jóvenes mayores de veinte años. Durante tres años aprenderán un oficio y se les tratará de convencer para que regresen de nuevo al Tíbet y que desarrollen allí sus conocimientos.
Dharamsala es también la sede del gobierno tibetano en el exilio representado en diferentes ministerios y desde donde se coordina la campaña internacional contra la política genocida del gobierno de Beiging.
Tsewang Tethong es el ministro de Información y Relaciones Internacionales, uno de los hombres más influyentes del Dalai Lama y el primer tibetano que estudió en el extranjero.
Bajo la dirección del Dalai Lama, los peregrinos se preparan para comenzar su recorrido de tres días hasta el monasterio de Leh. Uno de los monasterios más importantes es el de Tikse.
El budismo más que una religión es una filosofía o un camino. Su objetivo es erradicar el dolor inseparable de la existencia desprendiéndose de las ataduras terrestres a través de la moderación, de la renunciación y de la meditación, en definitiva, conseguir el nirvana.