Cuando un buitre localizan un cadáver a kilometros de distancia da el aviso a los que se encuentran en los alrededores y en pocos minutos acaban reduciendolo a huesos.
Una nube de buitres leonados, indica a otros individuos la localización de una fuente de alimento.
Provenientes de hasta 100km de distancia, sobrevuelan el cadáver, hasta que casi en orden comienzan un prudente pero súbito descenso en espiral.
La vorágine alimenticia de estos buitres, produce uno de los más estremecedores espectáculos de la naturaleza.
Pronto comienzan las disputas con las que se establecen jerarquías temporales.El mas hambriento se abalanza primero, y al saciarse éste, se abre paso otro mas agresivo, con mas hambre... y así hasta que en poco menos de media hora no quedan más que huesos.
La efectividad de estos carroñeros es impresionante y su función biológica; crucial, para el correcto funcionamiento de los diferentes ecosistemas que los rodean.