Estamos en Ladakh, un lugar repleto de cultura tibetana donde los budistas practican la meditación para venerar a Buda
Al pie de las montañas Kunlun, en la cadena de los Himalayas y dentro del estado indio de Cachemira se halla Ladakh un lugar donde se respira la cultura tibetana por todos los rincones.
Se abren las puertas del monasterio, suena el gong y la música de las trompetas se funde con el repetitivo sonido giratorio de los molinillos que contienen oraciones para la meditación y relajación.
En la oscura estancia central los monjes y los fieles rezan… sólo las velas alumbran un recinto en penumbra donde se venera a Sidharta Gautama, Buda.
En el interior del recinto sagrado se respira un fuerte olor a manteca de yak que impregna todas las salas y el eco de los mantras repetitivos se apodera del ambiente.
Aquí los budistas tibetanos practican la meditación para venerar a Buda, un hombre que tras una profunda meditación logró un estado iluminativo (nirvana) hace 2.500 años. Y eso es lo que estos monjes siguen haciendo, meditar para alcanzar las virtudes de la bondad y la sabiduría.