La artesanía forma gran parte de la vida de los senufo, confeccionan tejidos y dibujan con pinturas vegetales con técticas de antaño.
El senufo es uno de los pueblos africanos más rico en artesanía.
En sus telares siguen confeccionando tejidos como antaño. Nada ha variado en la técnica de estos artesanos, que a diario tejen largas tiras de tela, que más tarde, se unirán formando palios de algodón para diferentes usos.
Las veloces manos de los hombres se mueven con la destreza que les otorga el tiempo, colocando los hilos de diferentes colores que componen cada dibujo, cada filigrana. Hijos de padres tejedores y abuelos tejedores, han heredado el arte del telar desde tiempos inmemoriales.
La pintura senufo es una de las más reconocidas del continente africano.
Aquí estuvo Picasso buscando la inspiración de su cubismo, con estos pintores que expresan las visiones de los cazadores o las deidades del Poro.
Dibujan con pinturas vegetales elaboradas con técnicas que se pierden en la noche de los tiempos. Principalmente en tres colores: el rojo, el ocre y el negro, que sólo tiñe la tela si se aplica sobre el ocre. Se extiende sin manchar el blanco como por arte de magia. Seguramente, no podría ser de otra forma aquí en Africa.
Ejecutan los dibujos con unos rudimentarios tiralíneas de hierro, directamente, sin ningún boceto previo.
Realizan todo tipo de diseños a mano alzada, con delicados trazos que se graban en las toscas telas de algodón, sin cometer el más mínimo error.
Estos palios sintetizan la cosmogonía senufo, a través de las deidades y de las escenas del Poro que representan, como esta, donde se aprecia la figura del Boloy, la danza de la pantera.
El Boloy es una representación simbólica del Poro, que demuestra la formación marcial de sus miembros. Los movimientos están inspirados en los de la pantera, el animal sagrado de los senufo.
La iniciación en el Poro es obligatoria y dura siete años. En este tiempo, los más sabios transmiten los conocimientos de la sociedad a los jóvenes por medio de la palabra y los símbolos. Cada promoción de iniciados se dice que son de un mismo colobele, un lazo de unión que durara toda la vida.
En las danzas publicas, cada bailarín representa un colobele diferente, que reta a los otros ejecutando pasos y movimientos acrobáticos que ponen de manifiesto su preparación.
Creen en un único dios llamado Kolotyoloo, que dio vida a la primera pareja humana, estos tuvieron dos gemelos que fueron los primeros seres nacidos del hombre, de ellos descienden los senufo. Entre dios y los hombres se sitúan los espíritus de los antepasados y el de las deidades como la pitón, mensajera del otro mundo.
El Poro nació para defenderse de los enemigos y de las influencias externas. Poco a poco fue adquiriendo fuerza y se convirtió en una de las filosofías vitales más complejas del África Negra. Hoy en día, el Poro ha sido capaz de repeler al Islam y al cristianismo, y de mantener casi intacta la cultura senufo.
En su parte social, el Poro ensambla y da sentido de hermandad a sus miembros. Desde que comienza la iniciación, los jóvenes realizan trabajos agrícolas para el Poro, en los llamados “campos de los nobles”, distribuidos entre los más viejos y destinados a cubrir las necesidades de la comunidad.