La araña tigre o avispa posee un veneno paralizante con el que atrapa a sus presas.
Esta araña tigre espera a que algún desventurado caiga en su trampa, para abalanzarse sobre su presa.
Las arañas venenosas tienden sus trampas de seda en lugares estratégicos, reparando las enrevesadas estructuras, incluso construyendo una nueva cada día.
Millones de insectos caen diariamente en estas invisibles, gigantes y pegajosas telas de araña.
La Argíope, también conocida como araña avispa, aguarda atenta en espera de detectar el menor movimiento en la tela a través de sus patas.
Cuando una presa hace contacto con la sensible red, la araña tigre se le hecha encima rápidamente; la inmoviliza y le inocula un veneno paralizante junto a enzimas disolventes de proteínas, que ayudarán a licuar a su víctima por dentro. Luego la envolverá con su seda, para más tarde, sorber su interior ya completamente licuado.
El macho de araña tigre, mucho más pequeño que la hembra, no se acercará a ella hasta que ésta alcance su madurez sexual. En ese momento, sus temibles quelíceros se reblandecerán por un corto espacio de tiempo, sólo entonces el macho podrá fecundarla, sin el peligro de ser devorado por su pareja.
Imagen: LLacertae - Argiope bruennichi - Wespenspinne (CC BY 2.0) Flickr