Yellowstone | Un Mundo Frágil (Parte 8)

Yellowstone fue el primer parque nacional del mundo. Aquí se sentaron las bases para la creación de una red de santuarios que preservara la naturaleza del avance imparable del hombre, y, en el caso de Yellowstone, para salvar de la extinción al bisonte de pradera americano. 

Planet Doc

El parque nacional Yellowstone se encuentra en el oeste de los Estados Unidos. 
Hoy Yellowstone es un santuario para la vida salvaje donde los animales viven en libertad multiplicando sus poblaciones al margen de las poblaciones del desarrollo creciente de la primera superpotencia mundial en un aparente equilibrio primigenio. 

Yellowstone fue el primer parque nacional del mundo creado para salvar de la extinción al bisonte de pradera americano
El hombre estuvo a punto de extinguir la especie y el hombre consiguió, a partir de Yellowstone, salvarla del exterminio. Pero al crear el parque viejos enemigos se vieron las caras. Yellowstone está inmerso en territorio ganadero y a nadie le gustaba el más importante predador de la reserva, un animal que podía matar al ganado doméstico y que, de forma natural, era el único capaz de cazar a los bisontes: el lobo.
A pesar de su nuevo rango de parque nacional, durante las primeras décadas desde su creación, los guardas de Yellowstone persiguieron y aniquilaron a los lobos. 

Y, jugando a ser dioses, para salvar una especie extinguieron otra dentro del área protegida.

Con el tiempo los conocimientos científicos han desvelado datos sorprendentes. Los lobos no sólo no habrían extinguido a los bisontes de Yellowstone sino que favorecen la salud de sus poblaciones.

Al desaparecer los lobos los coyotes proliferaron dentro del parque adquiriendo el papel de predador principal. Pero los coyotes poco o nada podían hacer para controlar las poblaciones de grandes herbívoros. Y haciendo acopio de un coraje ejemplar, el Servicio de Pesca y Vida salvaje de Estados Unidos emprendió la difícil tarea de enmendar su error.

Hoy los lobos grises han vuelto a Yellowstone. Venciendo infinitas dificultades y animadversiones locales, el gran predador ha regresado a sus praderas originales. Y los primeros efectos no se han hecho esperar.

Las poblaciones de bisontes, wapities y ciervos mula están recuperando su vigor genético. Los coyotes, cuyo número ponía en peligro a distintas especies de aves y roedores locales, han vuelto a sus poblaciones originales.  Y el ecosistema, tantas veces alterado por el hombre, se ha situado más cerca de su equilibrio original.

Hoy el lobo de Yellowstone es un símbolo de esperanza; una demostración de que nuestros errores se pueden corregir. Hemos cambiado el planeta, esquilmado nuestro entorno y jugado a ser dioses en un mundo cuyo funcionamiento desconocemos. Pero hemos llegado también a un desarrollo cultural, moral y científico que nos está impulsando a corregir errores. Y nuevos vientos de esperanza comienzan a soplar ahora en un mundo necesitado de ayuda donde nuestra propia especie se está jugando el futuro.

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