Adéntrate con nosotros en esta selva que une lo más puro de la naturaleza y lo más feroz de sus tribus.
Las tribus de Papua Nueva Guinea tienen un carácter canibal y antropófago,realizan bailes de seducción que realizan para el cortejo, embadurnan sus cuerpos de barro para defenderse, cocinan en la selva, y realizan rituales rituales torturando su cuerpo para asemejarse a sus dioses cocodrilo.
Estas misteriosas tierras que parecen emerger entre las nubes son los Highlands, las tierras altas orientales de la isla de Nueva Guinea al norte de Australia. Aquí viven los embajadores de la selva. El carácter feroz de estas tribus, unido a sus prácticas de canibalismo y a la costumbre de algunos grupos de cortar la cabeza a sus enemigos; hizo de estas islas un lugar tenebroso que los viajeros trataban de evitar.
La tribu de los hombres de barro habita cerca de Goroca, en la parte alta del río Asaro. Su insólita manera de defenderse es la de convertirse en espíritus y asustar al enemigo. Para ello confeccionan estas máscaras de barro de facciones extravagantes. Una vez terminadas las máscaras, los guerreros se embadurnan sus cuerpos desnudos con barro arcilloso que más tarde teñirán de gris con otro lodo más líquido.
Hoy se han reunido para preparar el mono. Se trata de una antigua receta en la que intervienen todos. Es un verdadero ritual. Los monos, son pequeños plátanos dulces, que raspan con una navaja de caña de bambú para desmenuzarlos. Tras la cocción, esta masa adquiere una textura de espesa bechamel.
Las momias Enga o kukukuku, como se suele llamar a este pueblo antropófago que vive en la cuenca del río Aseki. El canibalismo ha sido una práctica habitual de los kukukuku, de ahí su fama y su leyenda. Eran antropófagos, se comían a los ladrones y los prisioneros de guerra tras engordarlos durante una temporada.
A los líderes y a los guerreros que morían en una batalla los momificaban. Actualmente hay muy pocos kukukuku que sigan momificando a sus muertos, pero su carácter guerrero sigue patente en sus constantes luchas tribales.
El canibalismo está prácticamente erradicado, aunque no son extraños los casos aislados de ingestión de carne humana en las zonas más apartadas.
Una importante institución para estos pueblos es el Tanimet, bailes seductores o ceremonias de cortejo. Los hombres invitan a las mujeres de otra aldea para que participen. El carácter exógamo de estos Highlander les obliga a buscar esposas fuera de su pueblo. Los matrimonios entre parientes están prohibidos. Los hombres pueden tener tantas mujeres como puedan mantener, pero ellas sólo pueden tener un esposo. Las canciones hablan de lances amorosos y enumeran las obligaciones que contraerán los futuros cónyuges. Siguiendo las indicaciones del casamentero y bajo la mirada atenta de las mujeres mayores que han traído a las chicas, los hombres van cambiando de posición para cortejar a todas las mujeres.
En el norte de Papúa Nueva Guinea encontramos la región del río Sépik, La vida espiritual de estos pueblos gira en torno al tambarán. Los tambaranes, también llamados casas barco, suelen estar en el centro de las aldeas. En ocasiones señaladas se reúnen con sus atuendos tradicionales y bailan en torno al tambarán mostrando sus pechos desnudos. Es la manera de invocar a sus espíritus protectores. Las mujeres tienen vetada la entrada.
En el poblado de Timbumeri, al sur del lago Chambri, suenan los tam-tam garamut para anunciar la ceremonia de iniciación de los hombres cocodrilo. Desde el amanecer, todos los hombres del pueblo han empezado a trabajar para preparar el ritual. Cerca del río, al lado del tambarán, construyen el nido del cocodrilo. Los no iniciados y las mujeres, no podrán ver lo que sucederá en el interior que representa el corazón del espíritu del rey de los cocodrilos. El sacrificio al que se someten los hombres de estas sociedades del Sépik es una verdadera tortura. Varios centenares de cortes dejan esculpida su piel a semejanza de sus dioses cocodrilo.