Conocemos la cultura y las tradiciones de la tribu Karo, una etnia que habita en Etiopia y que hoy en día está condenada a desaparecer.
El territorio de los Karo está al sureste del río Omo y se trata de una etnia de apenas unas 1.000 personas.
Están condenados a una desaparición inminente… una sequía persistente que provoque un ciclo de hambrunas, una grave pandemia o una simple guerra con sus poderosos vecinos los Mursi, les pueden llevar a una definitiva extinción.
Sus costumbres y formas de vida siguen siendo las mismas que hace más de 500 años.
La tribu Karo marca sus rangos sociales y sus identidades personales con pinturas corporales y los adornos en su piel.
Las mujeres de esta tribu de Etiopía se tiñen el cabello con una mezcla de arcilla roja y grasa animal, cuelgan del cuello muchos collares de vivos colores, en los brazos lucen numerosas pulseras y visten faldas de piel. Realizan bailes donde hombres, mujeres y niños bailan por igual… y el ritmo es especialmente llamativo en los rituales de cortejo.
Aunque los hombres siempre van más pintados, las mujeres suelen recurrir a la decoración de las escarificaciones, incisiones decorativas poco profundas que con el recubrimiento de la pintura corporal adquieren un tacto singular que atrae a los hombres.
Sus artísticos diseños imitan el plumaje de las aves o las rayas de las cebras, la mezcla de tiza blanca con agua destaca en sus cuerpos, y la pintura dura un solo día, lo suficiente para brillar con luz propia en las fiestas ceremoniales. Están considerados como los maestros de la pintura corporal.
Originariamente los Karo eran una tribu de cazadores y ganaderos pero se vieron obligados a cultivar la tierra para subsistir debido a las continuas plagas de la mosca Tsé-Tsé que hacían enfermar a los animales y diezmaban sus rebaños.