Tasmania es una isla fascinante donde viven animales que no encontramos en ningún otro lugar
Documental completo en Español de Tasmania, una isla situada al sur de Australia donde encontramos criaturas como el demonio de Tasmania o el Tigre de Tasmania (Tilacino)
Tasmania es una isla situada al sur del continente australiano, del que se separó definitivamente hace unos trece mil años. Este aislamiento se produjo tras milenios de evolución conjunta, de tal modo en Tasmania se han conservado hasta ahora reliquias de un arcaico bosque universal que rodeaba la tierra hace 250 millones de años. Australia junto con Tasmania emigraron al este de la Antártida.
Los llamados leones y osos marinos forman la familia de los otarios, que a menudo son confundidos con las focas.
Aquí en Tasmania derraman sus colonias en la costa rocosa justo en los bordes de la rotura de Gondwana. Los harenes de hembras son protegidos por sementales de gran tamaño siempre pendiente de los invasores.
Los últimos reductos de estas hayas australes se encuentran precisamente en Tierra de Fuego... y en Tasmania.
Tasmania es una isla cubierta de espesos bosques de selva lluviosa en cuyos perfiles abruptos se esconden criaturas que, en la mayoría de los casos, ya no existen e ningún otro lugar del planeta.
Un paraíso zoológico con numerosos parques nacionales, tres de los cuales son considerados Patrimonio de la Humanidad.
Tras las peores noches de Tasmania, los primeros blancos que recorrieron la isla, forjaron una leyenda alentados por los horribles gemidos que oían mas allá de la niebla. Solo un diablo podía ser el culpable: el Demonio de Tasmania. Se trata del carnívoro marsupial más grande de Australia pero no merece su mala reputación.
De boca en boca, el demonio de Tasmania iba ganando tamaño, colmillos y fiereza, de tal modo que los que los mataban, al ver su tamaño real, creían estar ante las crías cuya horripilante madre se ocultaban en la selva. Los demonios de Tasmania son poco sociables. El tilacino, también conocido como tigre de Tasmania es un cazador solitario de canguros que agotaba a sus presas persiguiéndolas tercamente hasta que se le entregaban….
El tilacino fue perseguido y masacrado por el hombre europeo porque le recordaba al lobo con el que casi acabó también en su propio continente.
Las pieles de tilacino se pusieron de moda en Londres para confeccionar chalecos de caballero, mientras los últimos ejemplares de la herencia predadora de Gondwana se pudrían en jaulas cutres de zoológicos en los que nadie los miraba por sus costumbres nocturnas.
Sin embargo, la llegada del hombre blanco no fue la única causa del ocaso de los tilacinos. Los perros traídos por los aborígenes pronto se asilvestraron dejando a sus amos para cazar solos compitiendo con los tilacinos.
Con todo, el desastre total para nuestro lobo marsupial, sobrevino hace unos tres mil años con la aparición de su peor enemigo: el dingo.
Nadie sabe como llegaron a Australia, pero son auténticos cánidos descendientes de los lobos asiáticos. Su poder es la familia porque cazan en grupos organizados y paren grandes camadas de cachorros.Los tilacinos, solitarios y menos prolíficos, sufrieron no solo la competencia por los mismos recursos, sino la caza directa por parte de las hordas de los nuevos perros amarillos. Desde entonces, los dingos son los mayores carnívoros terrestres de Australia, atacando desde a los grandes canguros, hasta los tercos uombats, pasando por lagartos y pequeñas presas.
La desaparición de masas boscosas a favor de los campos abiertos, la diversificación de los pastos enriquecidos por especies herbáceas nuevas y la instalación de bebederos para el ganado, han favorecido el éxito poblacional de otros animales como wallabies y canguros. Como era de esperar, con tantos canguros comiendo hierba por ahí, los ganaderos no tardaron en enfadarse y sacar las escopetas de nuevo.
Fuera de reservas, la mayoría de los canguros viven en tierras privadas, donde a pesar de la protección legal es muy difícil evitar el furtivismo
Tasmania es hoy por hoy el último refugio de la naturaleza de Australia. Gracias a ser una isla, los dingos no llegaron a ella; y por ser montañosas, los granjeros respetaron gran parte de su superficie.
Los demonios de Tasmania, junto con un buen número de refugiados animales, sobreviven en estas espesuras lluviosas al amparo de las noches de la isla
En cuanto dos demonios de Tasmania se reúnen junto a una carroña, todos en el bosque saben lo que va a ocurrir.
Comienzan inmediatamente sus famosos gruñidos. En poco tiempo acudirán otros demonios desde kilómetros de distancia atraídos por tanto alboroto y se unirán a la fiesta; por lo tanto hay que comer deprisa.
Lo cierto es que Tasmania sigue siendo la casa del demonio.
El secreto continúa oculta en esta isla de diablos tímidos y tigres fantasma, el último refugio del espíritu de Gondwana.