Galápagos. Génesis, Punto Final

Descubriremos como se formaron las Islas Galapagos, como apareció la vida en ellas y como las distintas especies han podido evolucionar.

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En este documental descubriremos como se formaron las Islas Galapagos, como apareció la vida en ellas y como las distintas especies han desarrollado mecanismos adaptativos que les han permitido evolucionar en un lugar surgido del mar y apartado del continente.

Las Galápagos surgieron del mar. A diferencia de la mayoría de las islas, nunca tuvieron contacto con un continente. 
Todos los seres vivos que las habitan tuvieron que salvar 1.000 kilómetros de mar sin agua dulce y expuestos al sol ecuatorial para llegar hasta estas tierras nuevas y desiertas. 
Las aves marinas debieron ser los primeros visitantes de Islas Galápagos y más tarde los primeros vertebrados terrestres. 

El fruto y el cladodio de las opuntias, una de las muchas especies de cactos gigantes que pueblan las islas, son la mayor fuente de alimento de las iguanas terrestres de Galápagos. Cuando la vegetación de Galápagos permitió la procreación a las aves que anidaban sobre las ramas, en las islas se produjo una rápida colonización que ha durado hasta hoy en día. 

Bajo las aguas que bañan el archipiélago de Galápagos se esconden infinidad de hábitats y todos ellos rebosan vida.


Los lobos marinos son los mamíferos más comunes en las Galápagos. Dentro de las Galápagos existen dos especies. Una, el lobo peletero, llegó de las aguas frías del sur, Pero el más numeroso es su pariente cercano; el lobo marino de las Galápagos, cuyos primeros individuos debieron llegar del hemisferio norte, de las aguas costeras de California.

Las iguanas marinas dependen del mar para sobrevivir. Cuando han conseguido suficiente temperatura las iguanas marinas se dirigen a la zona de rompientes en busca de las algas de las que se alimentan. Estas son las únicas iguanas del mundo que entran en el mar. Su vida depende por completo del suministro de algas que les ofrece el océano, de forma que se han convertido en excelentes nadadoras.

Mientras el Niño siembra de muerte las costas, en el interior provoca la descarga de lluvias torrenciales. El agua dulce es el bien más escaso en las islas así que las lluvias suponen un bien a largo plazo. La vegetación crece espectacularmente, aumenta el número de insectos y las aves se reproducen de forma excepcional.

El aislamiento entre las islas y de éstas con el continente ha convertido Galápagos en un laboratorio natural único en el mundo.

La vida en el medio marino y en unas islas donde escasea el agua dulce, hace que la acumulación de sal sea un problema, de manera que muchas especies han tenido que recurrir a sistemas bastante sofisticados para poder excretar el exceso de sal.

Los animales introducidos por los antiguos marineros se reprodujeron a sus anchas causando un importante desajuste en el equilibrio ecológico de las islas.
Las Islas Galápagos son un sistema vivo y cambiante aislado histórica y geológicamente pero unido al resto del mundo por el hombre, la especie más agresiva del planeta.

Ahora todos los esfuerzos se centran en un objetivo común: conservar el aislamiento de las islas y sus comunidades biológicas en la medida de lo posible. Sólo así se podrá estudiar y comprender el intrincado mecanismo de la selección natural.

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